Cambiar: Qué,Cómo,Cuándo.

A la hora de plantearnos un cambio tenemos que respondernos una serie de cuestiones, de superar unos retos y , por qué no, de sorprendernos.

Como primer paso, hay que ser consciente del cambio que queremos modificar en nuestro día a día o bien qué hábito queremos implementar en nuestra vida. Vamos a generar un cambio y al tomar conciencia de este cambio, estamos tomando conciencia de, por ejemplo, aquello que los demás suelen ver en nuestra actitud y que tanto nos cuesta ver a nosotros como protagonistas. O simplemente queremos un nuevo hábito en nuestra vida diaria.

Esto nos lleva a una segunda fase o paso del cambio. Vencer el miedo a las consecuencias que se deriven del cambio. Generalmente, si estamos por cambiar, un freno común es cómo gestionamos los imprevistos que surjan, si existen riesgos, qué beneficios obtenemos…, se trata de ser conscientes de las consecuencias que traiga el cambio.

El tercer peldaño es ¿cómo hacemos el cambio? Seguramente existen personas en tu entorno que han pasado por una experiencia similar y pueden servirte de referencia. Y seguramente puedas indagar en experiencias propias de tu pasado en las que has llevado a cabo algún cambio con éxito.

Teniendo claro que queremos cambiar, en qué queremos cambiar y cómo hacerlo sólo falta llevar a cabo la acción. Puede que nos asalte el miedo, la incertidumbre,… una manera de dar respuesta a estos miedos es llevar acabo la acción del cambio. Utilizar nuestras capacidades, nuestros recursos… todo vale.

Finalmente  llegamos a este quinto y último punto, en el que es tiempo de ser constantes, de ser conscientes, de que el cambio es el resultado de una firmeza en nuestro trabajo. Seguir adelante con tu plan para el cambio, es la mejor garantía de llegar a la meta.